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Soluciones de Compra ahora, paga después - ¿Es oro todo lo que reluce?

Alexis Damen | 10 de agosto de 2022
Soluciones de Compra ahora, paga después - ¿Es oro todo lo que reluce?

Supongamos que existe un mundo en el que los consumidores pueden disfrutar de un producto sin haberlo pagado. Un mundo el que pueden aplazar los pagos sin intereses, sin gastos, y sin necesidad de trámites burocráticos. Supongamos también, que esta modalidad de pago no solo es rentable para los usuarios y los e-commerce, sino también para los Proveedores de Servicios de Pago que ofrecen estos pagos a plazos.

Esta solución casi milagrosa se ha puesto de moda en los últimos meses. ¿Quién no ha escuchado hablar del “compre ahora, pague después” (o BNPL, buy now pay later)?. En 2021, el 55,8% de los consumidores utilizaron servicios de pagos a plazos, y en España uno de cada tres clientes prefiere pagar más tarde.

Y es que, junto con el aumento en popularidad de las compras por internet, hemos visto cómo el pago a plazos de toda la vida se reinventaba para captar usuarios.

Sin embargo, aunque la teoría sea muy bonita, luego hay que ver si los números cuadran. Hace tan solo unas semanas nos despertábamos con la noticia de que Klarna, el líder del sector del BNPL, se había visto obligado a despedir al 10% de su plantilla. Cerca de 700 trabajadores fueron despedidos tan solo unos días después de que The Wall Street Journal informara de que la empresa iba a reducir su valoración a 15 mil millones de dólares para poder captar fondos. Se trata de un importante ajuste si tenemos en cuenta que, a mediados del 2021, contaba con una valoración de 45 mil millones de dólares que la convertía en el unicornio más valioso de Europa. 

La letra pequeña de los pagos a plazos 

Es un hecho que la pandemia ha transformado las experiencias de compra en e-commerce. Precisamente en 2020, el pago a plazos creció un 55% según las cifras de Oney.

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Poco a poco la aceptación del compre ahora, pague después ha aumentado y se ha podido aplicar a una gama más amplia de productos. El público reclama usar el BNPL no solo para hipotecas, sino para productos del día a día como pantalones o hasta bicicletas estáticas.

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Y no es para menos. Es un método que, a priori, satisface a todas las partes. Es inmediato, cómodo, seguro y sin verificación de crédito. Lo que permite a los usuarios, especialmente a los que rechazan formas de financiación tradicionales, tener un mayor control de su dinero. Por su parte, el comercio sigue recibiendo la facturación completa a la vez que mejora su tasa de conversión, atrae nuevos clientes y aumenta su satisfacción.

Pero siempre hay letra pequeña. Y es que cada vez son más los players que llegan a un mercado con menos espacio. Klarna es el líder, pero no hay entidad que se haya querido quedar sin su trozo del pastel. El sector fintech destaca en este ámbito con startups como Afterpay, Affirm, o Zinia.

La banca tradicional también ha desarrollado su propia solución de pago a plazos conjunta y, además, otras entidades bancarias incluso han creado su propio productos in-house. También hay espacio para gigantes de los pagos como PayPal y para la más reciente de todas, Apple Pay Later, que ha nacido a partir de la presión de los inversores, según recogía un artículo del Financial Times. Incluso las empresas de servicios financieros como Visa y Mastercard preparan su infraestructura tecnológica para procesar el BNPL.

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Cada uno de ellos ofrece sus propias condiciones, algunos aparentemente sin intereses ni tarifas adicionales. Pero es precisamente en esa apariencia donde existe el riesgo. La manera en la que las entidades crediticias se aseguran ingresos es cobrando cargos por demora, intereses diferidos y sanciones. Y esta acumulación de deuda, junto con la poca supervisión regulatoria, deja sin protección a los usuarios.

Además, su rápido crecimiento ha sido impulsado principalmente por los jóvenes. El perfil de cliente del buy now, pay later pertenece a la Generación Z, un colectivo con menos ingresos y más vulnerable a la volatilidad del mercado. De hecho, según Lending Tree, casi el 42% de los consumidores que usaron el BNPL se atrasaron en el pago de alguna cuota.

En cualquier caso, la situación global que atravesamos, marcada por altos niveles de inflación y salarios que no suben al mismo ritmo, va a favorecer aún más la demanda del Compre ahora, pague después por parte de los consumidores. Y, como consecuencia, los impagos probablemente también crecerán. En este contexto, podemos esperar que en los próximos meses nazcan las primeras regulaciones europeas que garanticen la protección de los usuarios e impidan el endeudamiento encubierto.

El futuro del buy now pay later

Un estudio de Precedence Research confirma que la industria del BNPL ya tiene un valor global de alrededor de 125 mil millones de dólares y se espera que el pago a plazos crezca en nuestro país hasta los 13.351 millones de dólares en 2028.

Estas cifras certifican que esta tendencia es ya una realidad. Sin embargo, aún tendremos que esperar para ver como de grande es. Por otro lado, va a ser interesante comprobar como avanza la regulación, como ya ha ocurrido en Reino Unido, para asegurar la protección de los clientes al igual que se hace con otros tipos de préstamos.

Estamos viviendo una revolución en los pagos y el BNPL es solamente la punta del iceberg.

Alexis Damen

Alexis Damen es Head of Content en MONEI. Le encanta diseccionar temas complejos del sector de los pagos, la venta online y el comercio para ayudar a los negocios a triunfar (con MONEI como plataforma de pagos, ¡claro!).

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